
Kalú llegó a Almería el año de los Juegos Mediterráneos y aquí sigue. Lo hizo en Segunda división procedente del Girondis después de haber militado previamente en el Wisla de Cracovia polaco y haber pertenecido al Español de Barcelona.
Con 1,79 de estatura según su ficha oficial, Uche ocupaba la demarcación de media punta aunque la realidad, el día a día y, sobre todo, la llegada de Unai Emery obligaron a reconvertirlo para aprovechar sus cualidades. Jugó en banda, en ambas aunque preferentemente en la derecha. Su irregularidad mezclada con su polivalencia le fue cerrando puertas al tiempo que otras se le abrían y brotaban admiradores al mismo ritmo que detractores.
En sus peores momentos, con la titularidad pérdida, aseguró a Gonzalo Arconada, entonces su entrenador, que él era centrocampista de toda la vida y así jugó frente al Real Madrid en el Mediterráneo. Chirriaba su colocación en esa zona y pronto volvió a su posición natural cerca o dentro del área.
Los mejores momentos los vivió con Negredo como compañero de ataque. Con el 'Animal' marcando goles y acaparando la atención de los defensas, Kalu encontró huecos, goles y portadas de prensa. Su caché subió pero nunca lo suficiente para salir por la puerta grande como él quería.
Esta temporada vuelve a forzar su marcha y parece que su hora llegó. Ya negocia su salida.
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