
Diego Alves (Río de Janeiro 1985) ha finalizado su periplo en la UD Almería. Después de varios veranos en los que su nombre salía en todas las quinielas para abandonar la entidad rojiblanca, tras cuatro años en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ha llegado el momento para tomar un nuevo rumbo. Será, como todo el mundo ya conoce, en Valencia. Al lado de 'conocidos' como Unai Emery, Juan Carlos Carcedo y Bruno Saltor. Tres de las personas que se encontró cuando aterrizó en Almería para hacer historia. La que le puso como el primer cancerbero brasileño en la historia de la Liga Española y, después, por actuaciones que le han valido el fichaje por un grande del fútbol español. Deja un equipo descendido por otro que actuará en Champions. Pero lo que deja en Almería es mucho más. Recuerdos que harán que esta ciudad esté presente siempre en su corazón y en su pensamiento. Así lo reconoce en una entrevista concedida a IDEAL y deportesalmeria.com.
-Pregunta: Final a cuatro años en el Mediterráneo. Un estadio que lo dio a conocer y que lo ha convertido en un grande.
-Respuesta: He disfrutado mucho los cuatro años que estuve aquí. Almería ha sido mi primer club en Europa y he podido aprender muchas cosas. Me enseñó mucho como yo también ayudé al club. El Almería hizo conmigo algo espectacular, además de facilitarme la adaptación y todo lo que ha pasado en este tiempo. Ahora tengo amigos aquí y voy a mantener esa amistad por mucho tiempo. Bueno, por toda mi vida. Es como una casa. Es mi segunda casa. Lo mejor es salir y dejar las puertas abiertas.
-Felipe Melo pasó un año en Almería. Álvaro Negredo pasó dos años. Ambos, cuando fueron llamados por Brasil y España, respectivamente, se acordaron de Almería. ¿Algo similar ocurrirá con Diego Alves?
-Claro. Además, yo conseguí algo más o menos histórico con la selección de mi país (Brasil). al lograr se convocado jugando por Almería. Tengo que dar las gracias por todo lo que ha hecho, por las temporadas que hicimos y tengo sólo cosas buenas. Esta temporada ha sido más complicada por el descenso pero, al final, me quedo con las cosas buenas. Con la amistad, con los partidos importantes, con los encuentros bonitos y, claro, todo el cariño que han tenido los aficionados conmigo.
-¿Cuántas veces le ha dado las gracias a Monchi por no permitir que jugase Cobeño ante el Sevilla a principios de diciembre de 2007?
- (Risas) Si no hubiese jugado contra el Sevilla habría sido contra otro equipo. Seguro que hubiese tenido otra oportunidad. Me tocó contra el Sevilla. Yo tenía que enseñar a todos que tenía condiciones para jugar. La ilusión, las ganas y la motivación eran tremendas. La verdad es que hice un partido muy bueno. El equipo me ayudó mucho. Fue un día especial por el debut, por el partido, por las paradas y porque Santi (Acasiete) marcó el gol para lograr el triunfo. Fue un día fantástico.
-Algunos decían que era flor de un día.
-Tuve la oportunidad de enseñar lo que podría ser. A partir de ahí, las decisiones siempre son de los míster que han pasado. En su momento era Unai (Emery), que me dio la oportunidad después de dos o tres jornadas del partido ante el Sevilla. Con la continuidad que tuve, conseguí mantener el nivel del primer partido.
-Y después nadie le quitó el puesto en la portería.
-Mi debut como titular se puede decir que fue contra el Recreativo (1-1). Después, siete partidos seguidos sin encajar ni un gol. Quebramos el récord de Casillas de imbatibilidad. Así tuve un nivel muy alto y pude conseguir la titularidad indiscutible del momento. Cobeño fue un portero que me enseñó muchas cosas. Cuando llegué de Brasil no sabía cómo era jugar en España. La dificultad, la velocidad, jugar con los pies y más adelantado. La verdad es que fue un momento en el que tuve que aprender muchísimo. Ahora debo seguir aprendiendo.
-¿Cuánto ha crecido Diego Alves en todo este tiempo?
-Puf. Muchísimo. Y seguiré creciendo porque soy muy joven (el 24 de junio cumplirá 26 años). En los trabajos diarios es cuando más se aprende. A mí me toca trabajar siempre para poder estar en el top y esperando la oportunidad. Y cuando la tenga, intentar hacerlo bien. Para nosotros, los porteros, siempre intentamos hacerlo lo mejor, pero hay días que sale bien y otros no tanto. Al ser una posición que es más visible es diferente a las otras. En este tiempo hay muchas más cosas buenas que malas.
-Además de los entrenadores del 'colectivo', para los porteros hay entrenadores específicos. ¿Qué le han aportado Mikel Insausti y Ángel Férez?
-Son dos estilos diferentes. Con Mikel (Insausti), cuando llegué, la adaptación fue lo importante. El juego con los pies. La parte técnica y el saber cómo se jugaba. Hasta el momento no tenía ni idea del estilo de juego. Con Ángel (Férez) su característica es dar potencia y velocidad a las acciones. Son dos entrenadores en el que cada uno tiene su estilo. Yo estoy muy agradecido a los dos. He creado una amistad muy buena con los dos y he aprendido mucho de ellos. Para mí es un orgullo, un placer y un honor haber tenido dos entrenadores de porteros así.
-Ahora se ha confirmado, pero ya el verano pasado sonaron equipos que lo querían como el Real Madrid, Barcelona, Milan, Inter, Tottenham. ¿Le temblaron las piernas en algún momento ante los nombres de clubes tan importantes?
-No. Cuando uno está preparado para dar el salto, seguro que no tiembla. Siempre tuve la cabeza muy centrada. Yo sabía que, con todo los equipos que se dijeron en los periódicos, si el equipo pasaba por un mal momento en la temporada, el portero sería el culpable. Porque se diría que no estaba centrado. Es normal. Me iban a salir preguntas de vosotros -prensa-, cuestiones de la afición. Este año, siguiendo los rumores de la temporada pasada, han venido otros clubes y, la verdad, el equipo comenzó a pasarlo mal y, claro, las preguntas y las dudas sobre si yo estaba centrado o no eran normales. Cuando el equipo va mal, siempre hay que tener un culpable o algo que pueda estar pasando. Si me ha pasado algo es porque hemos tenido mala suerte o hemos cometido errores. En el tiempo que he estado aquí lo he hecho con la cabeza centrada y al cien por cien. Lo que más quería era salir del club en la Primera División. Para mí era un éxito y una victoria. Al final no lo hemos conseguido y ha sido una lástima. Son cuatro años de gloria y de cosas buenas. Es muy difícil lo que ha hecho Almería en estos cuatro años. Hemos visto equipos que ascendieron y bajaron enseguida. Nosotros hemos conseguido mantener cuatro años. Ojalá que suba lo más rápido posible.
-¿Almería estará en su corazón?
-Todos. Hasta vosotros de la prensa (risas). Soy una persona muy tranquila y muy clara. Los jugadores, la afición, la ciudad, la gente, los periodistas, los recogepelotas... son todos. A mí me encanta la ciudad. Es una segunda casa. No ya el club. Es la ciudad. Tener en mi currículum que he tenido un pasaje victorioso en Almería es una victoria. Ha sido un aprendizaje. Salí de Brasil como si fuese el colegio. He ido pasando grados. Ahora he estado en Almería en la universidad. Ahora me toca trabajar muchísimo para no bajar mi nivel y seguir creciendo como siempre.
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