“Bienvenido al club”. Así responde Alfonso García a los que le dicen que creen y confían en la salvación. El presidente está a muerte con sus profesionales y los va a defender hasta el último instante porque “aquí nadie se va a rendir y no vamos a bajar la guardia”.
Es un hombre de fe y confía en el fútbol porque “nos la debe en muchos partidos. No está siendo justo con esta plantilla y espero que a partir de ahora la bolita nos favorezca un poco”. Si Alfonso está convencido de que el equipo puede lograr el objetivo, qué decirles de Alberto Benito que es el director deportivo de la entidad y su brazo derecho, Pedro Reverte, que no bajan la guardia y no se pierden ni un entrenamiento del equipo.
Es un hombre de fe y confía en el fútbol porque “nos la debe en muchos partidos. No está siendo justo con esta plantilla y espero que a partir de ahora la bolita nos favorezca un poco”. Si Alfonso está convencido de que el equipo puede lograr el objetivo, qué decirles de Alberto Benito que es el director deportivo de la entidad y su brazo derecho, Pedro Reverte, que no bajan la guardia y no se pierden ni un entrenamiento del equipo.
En la provincia ya se habla de la Segunda División por todos los rincónes pero “mientras las matemáticas nos dén una opción vamos a ir a por ella” dice un Alfonso García entregado más que nunca a la misión de arropar a sus profesionales y esperar lo que muchos llaman milagro mientras el presidente lo denomina “el club de la fe”. En ese club caben todos porque ahora es cuando más necesita el equipo calor. Su presidente está con ellos y “seguro que se van a levantar del mazazo que significó perder con el Valencia. Aquí tiene que volver a salir el sol”.
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